La reinvención de El Hombre Invisible
- Óscar Andrew
- 29 feb 2020
- 3 Min. de lectura

La obra de H. G. Wells del año 1897 se ha adaptado al cine en múltiples ocasiones, algunas obras han sido más fiel a los escritos como la homónima de 1933 de James Whale o la de 1944 de Ford Beebe, pero otras han modificado el concepto de la invisibilidad a partir de los entornos como El hombre sin sombra (2000) o Diario de un hombre invisible (1992), sin embargo, Blumhouse (productora que ha crecido por sus enfoques de terror) ha lanzado esta nueva cinta que reinventa el concepto y mantiene el suspenso activo todo el tiempo.
Luego de separarse de su esposo, Cecilia (Elizabeth Moss) trata de darle un enfoque distinto a su vida hasta que se entera que él muere, pero al mismo tiempo un ente invisible la atormenta todo el tiempo, así que ella piensa que él sigue vivo.
Una de los aspectos más sobresalientes de la película es la dirección de Leigh Whannell, quien se dio a conocer globalmente en 2018 por la obra futurista de acción Upgrade: Maquina Asesina, y en El hombre invisible retoma aspectos centrales de la ciencia ficción nuevamente como el uso de la tecnología y sus caminos de innovación, en función de una vertiente acorde al concepto de invisibilidad: el acoso.
Dicho tema se relaciona con la sublevación femenina muy necesario en la actualidad y resulta aún más efectivo si se cuenta con una protagonista como Elizabeth Moss que desde sus trabajos en Nosotros (2019) o Las reinas del crimen (2019) se ha hecho acreedora de una credibilidad actoral, puesto que pone por encima la actuación con respecto a la belleza estándar del medio.
Y aunque la historia radica en presentar situaciones de suspenso, las cuales sí realzan la expectación y mantienen el interés del espectador a través de recursos sonoros (a veces genéricos), pero también de técnicas fotográficas que se fusionan con las sensibilidades de los personajes a cuadro, Whannell (quien también escribe) produce más preguntas que respuestas, pero no porque se haya olvidado de resolverlas, sino porque deja a la intuición y a la lógica del espectador imaginar los surgimientos, los procesos y los fines de las acciones, lo cual resulta interesante desde la visión del género, una visión que se ha enfocado en crear obviedades al nivel de presenciar productos predecibles, aburridos y sobreentendidos.
Dos puntos importantes a recalcar son la fotografía, la cual con movimientos de cámara que dirigen la atención y el interés, funciona para crear tensión y suspenso, y por el otro, resalta el diseño del hombre invisible, que si bien evocan por momentos a una película de superhéroes como las de Marvel, en específico al personaje de Ghost interpretado por Hanna John-Kamen en Ant-Man y la Avispa, también retoma diseños futuristas y de ficción.
El hombre invisible reinventa el concepto de Wells, lo hace de una manera efectiva para el espectador en pro de entretener y proponer una nueva forma de percibir la novela de acuerdo a nuestro tiempo. La película cumple por medio de las actuaciones, el suspenso y la sonoridad conjunta con la fotografía. Leigh Whannell continúa por el camino de la buena hechura.

Nombre original: The Invisible Man
Director: Leigh Whannell (Upgrade: Máquina Asesina, 2018).
Guion: Leigh Whannell.
Basada en: El Hombre Invisible de H. G. Wells.
Música: Benjamin Wallfisch.
Género: Suspenso. País: Estados Unidos. Duración: 124 minutos (2 horas y 4 minutos). Productora: Blumhouse Productions.
Distribuidora: Universal Pictures.
Actores: Elisabeth Moss, Storm Reid, Harriet Dyer, Aldis Hodge, Oliver Jackson-Cohen, etc.
Convéncete de verla, aquí está el tráiler:
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