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Javier Senosiain y El Nido de Quetzalcóatl

Actualizado: 3 ene 2020


“La arquitectura orgánica es la manifestación artística que tiene una relación directa con la geografía y la historia del lugar donde se realiza. Así pues, la arquitectura se convierte en el instrumento armónico entre el hombre y la tierra, reflejando la tierra y el color del entorno donde se ejecuta la obra.” Juan O’Gorman, arquitecto

En la naturaleza no existe perfecta y constante la línea recta, contrario a ello cada vista en este vergel es un cuadro, una composición viva en la que son fusionados la cultura, tradiciones e historia de un pueblo, “rehumanizar la morada del hombre” es el mensaje que transmite la arquitectura orgánica de Javier Senosiain Aguilar. Preludio Al llegar fue imposible no identificarlo, un portón de cobre martelinado similar a una mandíbula con puntiagudos y delgados dientes protegía la entrada (uno de los tres accesos), un arco multicolor y una caseta  amorfa decorada con mosaicos destacan entre las angulares paredes que integran las rectas casas que rodean ese lugar, en apariencia desconocido.

Cuando el visitante atraviesa la puerta “rompe con el tiempo y el espacio”, parecería que llega al final del Valle de México, a su espalda queda un mundo lineal, destruido, con cielos grises y edificios cuadrados que limitan la vista.

Frente a él se encuentra un paisaje poco habitual, sus pupilas son iluminadas por el contraste del cielo azul y el verde compuesto por casi nueve mil árboles (encinos, eucaliptos, pirules, entre otros). El jardín de flores y un aroma natural a lavanda le dan la bienvenida al Nido de Quetzalcóatl. El Nido de Quetzalcóatl En el principio, el número 29 de la calle Bosque de los Remedios, Paseos del Bosque, Naucalpan de Juárez, México,  no era más que un terreno irregular de cinco mil metros cuadrados, una cañada con encinos; de aquella zona con topografía accidentada sólo el 5% del terreno es plano. En otra época se extrajo tepujal o tepetate bofo para la fabricación de ladrillos, por esa razón habían cuevas, sólo fue conservada la más segura que mide 50 metros de largo por seis metros de ancho.

Cuando se construyó el Nido se respetaron áreas verdes, fueron aprovechadas las pendientes y depresiones; conservando un 98% de campo, espacio y bosque.

Inicialmente el proyecto no era hacer una serpiente y menos emplumada, la idea inicial era construir diez departamentos, pero al diseñar la maqueta de la construcción se buscó integrar la obra con el terreno, dándole prioridad a la vista que las ventanas tienen del paisaje. Javier Senosiain se percató de la particular forma que tenía el conjunto de los departamentos, parecía una serpiente virtual.

El ferrocemento es el material utilizado en esta clase de construcciones, es económico, compacto, impermeable y 30% más resistente que sus similares. Incalculables donas de cerámica multicolor decoran la cabeza de la serpiente, se construyó en la entrada de la que fuera la más confiable de las cuevas, además de ser la entrada a lo que ahora es un túnel, es un mirador que parece decorado con chaquiras, como el arte de los huicholes. Senosiain realiza un ejercicio de reflexión con las personas de los recorridos, el arquitecto invita a imaginar que el visitante se encuentra en el seno materno, para pensar en los objetivos y aspiraciones personales, salir de la cueva se toma como un simbólico renacer, el objetivo es no dejarse cuadrar por los límites del mundo exterior. Para la arquitectura orgánica es importante conocer muy bien las condiciones topográficas del terreno, la construcción del proyecto se adaptará progresivamente a los espacios naturales, el objetivo es construir sin destruir, las formas de las obras intentan recrear los diseños de la naturaleza, la vivienda adapta la vida de quien la habita a ella, los muebles son parte de la casa, todo converge para satisfacer las necesidades psicológicas y físicas del humano. Ya sea imitando el plumaje de un ave o las formas de una serpiente, los alfareros (nombre que Senosiain da a los albañiles) colocan trabajando en parejas un promedio de 60 centímetros cuadrados al día de azulejos para los mosaicos o piedras (volcánicas o mármol) para decorar.

Las construcciones de este tipo son también una manifestación artística, el arquitecto consulta sus orígenes históricos para inspirarse, las obras resultan de combinar: la pintura, la escultura y la arquitectura.

Reino Vegetal Uno de los caminos de la cañada que juntos simulan un laberinto es obstruido por un túnel, la entrada es sinónimo de penumbra, un incierto haz de luz es reflejado por los mosaicos de azulejo que parecen arte huichol,  un breve recorrido que se torna esperanzador concluye con una imagen caleidoscópica, un vitral multicolor ilumina la gran variedad de plantas que se cuidan en el invernadero, la construcción vista desde arriba tiene la forma de un caracol nautilus, el clima es cálido, los colores maravillan, los muebles de los baños están integrados a los muros, una oscura sala de televisión se oculta en el pasillo, aquel espacio puede ser visitado a toda hora, la encargada del lugar es la bióloga Aranza Barrena.

Los jardines que integran el resto del reino vegetal son: Frutos rojos, Culinario, del Desierto, Escolar, Medicinal, de las Mariposas, las Tres Hermanas, Plantas Colgantes, Plantas de Ornato, Flores Silvestres y Plantas de Sombra. Están distribuidos en espacios que recrean el concepto de cada tipo de plantas, quizá el más sobresaliente es el Jardín del Desierto, ahí los cactus son custodiados por una serpiente, los mosaicos simulan dunas y soles,  y entre los caminos descendientes de piedra hay una resbaladilla, en la arquitectura orgánica se dice que el humano busca espacios que provoquen sensaciones similares a las del claustro materno, el tobogán es uno de ellos. Audiorama Escondido entre los caminos del Nido está El Valle, en medio de un entorno completamente verde hay dos esculturas del artista escocés Rob Mulholland, las piezas están fabricadas en acrílico y representan dos siluetas humanas, al ser transparentes logran camuflarse en aquel espacio totalmente verde, a diferencia de otras áreas, la parte superior de ésta es cubierta por árboles, lo que dificulta la entrada de luz solar y demanda cuidados especiales para el pasto; el acceso es muy limitado; esta zona también es conocida como: Audiorama. Zig Zag Zig Zag es la única construcción del lugar donde son utilizadas líneas rectas, es una serie de rampas que descienden hacia lo que será una cafetería (cerca del futuro centro de visitantes), en la parte superior es aprovechado un árbol para crear sombra sobre una banca de reposo, la posición y altura de la serie de rampas  permitieron la creación de un pequeño mirador que ofrece una postal única del terreno. Escenario El Anfiteatro es un espacio de conección con la naturaleza, su particular construcción lo hace uno con el espacio, las gradas son integradas al terreno, el muro que lo cubre aleja todo ruido externo, está enteramente cubierto de pasto y ahí pueden realizarse eventos musicales o convivencias. Estanques El jardín de bambúes altera la orientación geográfica, en un camino que intenta llevarte a otra latitud, un túnel descendiente lleno de curvas te guía por una parcial oscuridad, el sol ilumina el camino perforando las ramas, al final hay tres estanques: en el primero puedes observar flores de loto y el reflejo de los árboles que rodean el pequeño espejo de agua, en el segundo es posible tomar asiento en una banca ubicada bajo un árbol o utilizar uno de los bancos ergonómicos que hacen las veces de lancha y remar, y en el tercero puedes observar la cañada desde la cabeza de una serpiente, en ese último nivel hay una banca para disfrutar el sonido del agua que cae por la boca del ofidio decorado con piedras de mármol. Los estanques tienen la función de almacenar agua para regar los pastos y jardines, son reservas en tiempos de sequía y espacios de reposo. La lluvia es recolectada a través de pequeños canales ubicados en la orilla de un camino que serpentea mientras desciende. Parque Quetzalcóatl Hoy en día está en desarrollo un proyecto a largo plazo, se abrirá El Nido de Quetzalcóatl como un parque/museo ecológico, donde además de la serpiente emplumada habrán tres reinos: vegetal, mineral y animal. El reino vegetal es un espacio conformado por múltiples jardines de flora diversa. En la pequeña y oculta zona del reino mineral encontramos fragmentos de rocas encontrados en el lugar, la luz neón que los ilumina funciona como guía hacia un viaje que muestra las entrañas de la tierra donde se construyó el Nido. En el reino animal (actualmente en construcción) se instalarán animales de granja, y se abrirán una cafetería y una tienda ecológica.

El aviario será construido bajo un puente que tiene una cabeza de ave con mosaicos que evocan plumaje, la construcción une los reinos animal y vegetal,  bajo ella está la cañada que divide el terreno, ahí se coloca alimento para aves, pues no se instalarán jaulas, esperan que los pájaros lleguen a instalarse poco a poco, de forma natural. En la parte plana del terreno sin árboles fue construido otro acceso y es ahí donde está el crótalo de la serpiente, la construcción emula un cascabel y  tiene tres plantas: en la superior está el depósito de agua, debajo hay una caseta de vigilancia y la recámara del conserje, y en la planta inferior están el cuarto de máquinas y las bodegas para cada uno de los departamentos. Actualmente sólo existen dos maneras de conocer El Nido de Quetzalcóatl: la primera opción (y más viable) es hospedarse mínimo dos noches en un departamento a través de la plataforma Airbnb, el costo del alojamiento va de los 4,204 a los 4,839 pesos mexicanos por noche, pueden alojarse hasta ocho huéspedes. La segunda opción es rentar uno de los departamentos, la renta mensual va de los 15 mil hasta poco más de 20 mil pesos mexicanos, pero actualmente no hay disponibilidad.

Los recorridos a todo tipo de público están suspendidos hasta nuevo aviso, pues hay sobre demanda y no existe la infraestructura necesaria para atender a los visitantes. Algunos portales informativos han publicado que El Nido está abierto al público pero es una construcción privada.

La obra de Senosiain requiere de mucho mantenimiento, un aproximado de 20 artistas cuidan los jardines, Patricia Castillo es la administradora del departamento en renta, Aranza Barrena protege la flora del Nido, además están los alfareros que han acompañado al arquitecto en sus construcciones por casi tres décadas. Alfarero de Moradas Senosiain es un arquitecto y  artista egresado de lo que fuera la Escuela Nacional de Arquitectura y que actualmente es la Facultad de Arquitectura, en Ciudad Universitaria (Ciudad de México). Desde 1948 es hijo de Juan y Blanca; también  esposo de Paloma, y padre de Paloma y Natalia.

En 2016 su obra fue expuesta en el Museo Nacional de Arquitectura, en el Palacio de Bellas Artes (México). Ha publicado tres libros: “Bioarquitectura, En busca de un espacio”, “Arquitectura Orgánica” y “Javier Senosiain Arquitectura Orgánica. Memoria de la Exposición en el Museo Nacional de Arquitectura”.

Otras importantes construcciones orgánicas de Senosiain son: Casa Orgánica, La Serpiente, El Cacahuate, El Tiburón, Ballena Mexicana, Casa Flor, Conjunto Satélite, El Kiss, Sarape y Sombrero, Nautilus, El Paraguas, El Hongo, Najwa, Auroville, La Casa del Árbol, Casa Amiba, Villas de los Cisnes y Casino MONA.

Además de sus obras en México ha realizado trabajos en Australia, Tasmania, Belice,  Brasil y Jordania. Para conocer más del arquitecto y su obra puede consultarse la página web: arquitecturaorganica.com

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