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En el vientre de la Madre Tierra




“¡Vamos, anímate!”, “Te va a gustar”, “Inténtalo, si no te gusta te puedes salir”, hasta convencerme de entrar al temazcal, pero no fue por su insistencia, sino por  la curiosidad. Entendí que no era sólo un baño de vapor, es una sanación energética tanto física como mental que de poco a poco fui comprendiendo y que el temazcal “Naollin Iyali” me enseñó, que significa el sol en movimiento en corazón de la tierra. Se inicia por Rosalba García y su esposo Mario Baños en marzo del 2017 y gracias al interés de otras personas cercanas y de su familia misma, hicieron su temazcal para traer esa medicina ancestral y compartir la sensación de bienestar. Al inicio se pide permiso para entrar y se utiliza además la palabra“Ometeotl” que significa “dos energías” o “la dualidad entre hombre y mujer”; es importante ingresar en sentido de las manecillas del reloj y ubicarse entre hombre y mujer y así sucesivamente para equilibrar la energía. En su interior, en la parte central se encontraba un agujero donde se colocan las piedras calientes; luego entró Leo, el que conducía el ritual; pero es más que eso, es un guía para la vida diaria, es quien siempre tiene la respuesta y te ayuda a equilibrar entre la razón y el corazón, para ir por el camino correcto.

Él nos explicó el proceso, éste se dividía en cuatro ciclos o cuatro puertas, las cuales representan los cuatro rumbos, cuatro deidades, cuatro elementos, en las cuales se sanan los cuerpos físico, emocional, mental y espiritual; estas pueden durar cada una entre 20 a 30 minutos, y ningún integrante puede salir hasta que cada uno de los ciclos haya terminado.

Se ingresan 13 piedras calientes y al rojo vivo, el número representa las coyunturas de nuestro cuerpo; al introducirlas, se van enumerando en náhuatl y ya dentro, las curan con copal, que es la corteza de árbol; meten el té que se usaría para ese ciclo y se cierra la puerta, quedando en completa oscuridad. Primera puerta “Esta primera puerta va dirigida hacia donde sale el sol”, Leo nos hizo presentar y la razón del porqué estábamos ahí; el orden empezaba desde la izquierda, pues simbólicamente el corazón se encuentra de ese lado. Muchos iban por simple curiosidad, a llenarse de sabiduría, mientras que otros iban a encontrarse a sí mismos, por paz interior. Las 20 personas que se encontraban venían de distintas partes, unos de Coacalco, Cuautitlán Izcalli, y otros de Tulum. Con todo lo que decían me dí cuenta que uno está ahí para dejar todo atrás, el estrés del dia a dia, salir de la rutina, permitir que la energía de las demás personas te llene y caminar juntos en este círculo de sanación. Terminando esto Leo se presentó y nos dio la bienvenida al temazcal, para seguir con el proceso pidió dos toques de “tecocoli” y comenzaron los cantos, los cuales son elementos esenciales para el proceso del temazcal ya que sirven para llamar a los cuatro elementos, van acompañados del “tecocoli” o el caracol que suena como trompeta, en cada puerta hay un máximo de tres a cuatro cantos que despiertan el espíritu. Al terminar de poner la medicina, se da por terminado ese primer ciclo, todos comenzaron a gritar “Ce”, “Ome”, “Yei” y “Nahui” y aún con más intensidad gritaron “Puerta”, los anteriores son los números del uno al cuatro en náhuatl; dando por terminado el primer ciclo. Segunda puerta   Este segundo ciclo va dedicado a la mujer, en esta ocasión nadie habló, simplemente se escuchaban los cantos con más fuerza que la anterior, los tambores retumbaban, mientras se oía caer la medicina sobre las abuelitas piedras, el calor era más fuerte, me costaba respirar pero los cantos hacían que tomará más fuerza, estos no cesaban, al contrario, eran más potentes, se escuchan murmullos diciendo “Fuerza”, hasta que se acabó la medicina y finalizó el segundo ciclo. Tercera puerta Me quedé a la tercera y más dura puerta; en ésta se genera más energía y el calor aumenta porque al introducir las otras 13 piedras, quedan más amontonadas y a una altura mayor a nivel de piso. Esta puerta va dirigida a la voluntad y al poder mental y, según la tradición náhuatl, el propósito es la confrontación de Tezcatlipoca, es decir, de nuestras partes oscuras para que el espíritu pueda renacer más libre de cómo entró, es el renacer que implica una purificación que va más allá de un uso higiénico y terapéutico.

Estaba de nuevo envuelta en una profunda oscuridad, pero esta vez fue diferente.

El vapor quemaba mi piel, hacía casi imposible que el aire llegara a mis pulmones, estaba tensa, sin embargo, escuchaba los cantos y la voz de Leo, ambos con su fuerza, poderío e intensidad me ayudaron a dejar de luchar en contra de la temperatura. Mi cuerpo se entregó al calor, mi mente ordenó respirar con calma sintiendo como si algo se desprendiera de mi cuerpo físico, permitiéndome renacer;  incluso la energía de los asistentes era casi palpable para mis sentidos. Creo que nadie habría llegado al final sin los poderosos cantos de Leo; en ese momento nos sentíamos invencibles, nada podía hacernos daño, nuestra energía estaba a tope y nuestros demonios se habían quedado atrás. Cuarta puerta Antes de iniciar este último ciclo nos dieron agua de sabor, como recompensa pues te haces merecedor por haber concluido hasta ese punto. La última puerta está dirigida hacia el norte, aquí termina nuestra guerra para encontrar la paz; Leo volvió a cantar, mientras que el calor seguía brotando de las piedras, los cantos por lo regular van dirigidos a la mujer, a la Madre Tierra, al temazcal o como éste, que iba para la libertad; así que dejé que mi cuerpo y mente se liberaran, ya no estaba luchando.

Antes de finalizar, nos despedimos y mencionamos nuestra experiencia, y creo que todos agradecimos por la energía que nos brindamos.

La puerta se abrió, la luz entró, el vapor empezaba a desaparecer y el aire fresco me llenó los pulmones, unos comenzaron a salir pero con cuidado de nunca pararte completamente ya que el calor se concentra más en la parte superior. El vapor abre los poros del cuerpo, por lo que al final, estos se cierran con un baño de agua fría y con esto concluye el ritual del baño de sanación. Naollin Iyali es un claro ejemplo de cómo el pasado resurge en el presente, sobreviviendo a la evangelización, pasando de medicina tradicional a algo más espiritual. Podrás eliminar las toxinas de tu cuerpo, sanar alguna enfermedad o algún dolor, pero mi familia me enseñó más que eso, es estar en contacto con nuestras antiguas tradiciones y aún más importante purificar nuestra alma, pero nunca sabrás si no lo intentas.

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