Mousiké, arte de las musas

Poco menos de un año me encontré con ella, mi viejo amor; ella, la única capaz de hacerme llorar, reír, pensar, odiar y admirar.

No recuerdo porqué la abandoné, cuando es lo que más amé –tal vez no era tan grande ese amor- mentira, es lo que más contemplé, sin dejar de anhelar. Doy gracias a mi destino, mostrándome la esencia de su ser. Pero… ¿Tendré oportunidad, será tan fácil? Desde nuestro último encuentro ¿Me esperarás? ¿Por qué es tan difícil? ¿Podré sentirte cerca a pesar del tiempo o volverás a abrazarme?

¡Ya, no seas cobarde! No puedo ignorar esto, si estoy tan pensativo, me importa, de acuerdo lo haré, lucharé por esto –no hay otra opción- no dudaré más. Ella, todo lo que necesito para respirar, para sentirme completo y para salir de esta monotonía; donde pierdo mi bios.

Decidido abandone todo, no avise a nadie y fui a nuestro encuentro, nervioso, sudando, con el corazón a mil -apenas podía respirar-; la busqué y la seguí. Hoy era el día, ¡hoy justamente hoy! Desaparecerá el viejo yo.

Después de meses, del abandono a mis amigos –si esos incomprensibles, pero grandes amigos-, a mis compañeros de trabajo –bueno a ellos no importa tanto-, pero… a mi familia, quienes me rechazaron por seguirla. Después de este tiempo:

¡Oh mi musa, diosa de Helicón, te he fallado!; no has de quererme como antes, incluso puedo decir, te soy indiferente o ¿acaso necesito que recuerde, que las cosas que se aman, no se tiran de repente?, tan solo vuelve a decirme lo de siempre, que me quieres; he hecho lo imposible para hacerme el fuerte y aunque sea el mismo camino solo vuelve, solo quiero que lo intentes, no me digas que ahora necesitas suerte.

Necesito algo que me haga sentirte, te necesito de regreso, completamente; porque tú penetras en mi carne como un amante fiel, luz de mi alma, campana de plata, eres poesía pura que eriza mi piel, música de mi alma, contigo quiero morir, ser lo último que escuche en este dichoso vivir.

A pesar de mis intentos, no volviste a mí, me dejaste tirado y abandonado; “ritorno alla mia vita”, perdón, regreso a mi antigua vida, he notado que nunca fuiste para mí, haz frustrado mis deseos y como un torpe me has dejado, ante aquellos a los que te presumí, diciendo que eras mi musa y contigo llegaría lejos. Solo espero “nunca te abracen por última vez, hay tantos con quienes estar, pero no con quien ser, tan solo somos caminos que suelen torcer, miles de complejos sueltos, que debemos de vencer”.

Mi historia empieza de nuevo, desde donde la dejé; ¿Qué es esto?, ¿Por qué vuelves a aparecer?

- Nunca te abandoné, te puse a prueba otra vez, creí esta vez soportarías con tal de tenerme, decías que me amabas y te hacía sentir completo; ¿Por qué te rendiste?, sabes; somos circunstancias que nunca elegimos ser, todo es una suma, aunque eso no lo piense el resto, pues una cosa es lo que eres y otra lo que demuestras, ¿tanto te importo lo que dirían de ti, por solo seguirme?

- No mi musa, sólo quería recuperarte, ¿Por qué tuvo que pasar tanto para contarme esto?

- Si aparecía de repente, si me dejara querer tan fácil, personas como Agustín Lara, José Alfredo Jiménez, Consuelo Velázquez, entre muchos otros, no hubieran sido dignos de mí. Como notaras he sido inspiración para miles; he hecho llorar, reír, amar, odiar, añorar; no me pidas ser tan fácil, recuerda porque volviste a mí, aún podemos terminar lo que empezamos.

- No olvido lo que significas, tampoco lo que gracias a ti conseguí, por ello te ofrezco un trato; dame mi ritmo, combate la tristeza con tu suave melodía; cuando preocupaciones asedian, con tus cantares apacigua mi mente. Se el remedio de los males, inagotable fuente de cada día y una armonizante guía.

- ¿Por qué dices esto?

- Por una simple razón, ya no temo perder, sino dar por perdido, ya no quiero vencer, sino estar convencido, que mucho antes de estar contento debo estar conmigo, voy a parar de exigirme y voy a aprender a aceptar lo que nunca consigo, pararé de culparme, mentirme, fallarme; porque a pesar de todo, sé que soy feliz, siempre fue así. Pero contigo, aprendí a vivir.